martes, marzo 14, 2006

Lean lean un poquito

Eugen Jebleanu (1911-?)

Rumania

Las voces de los pájaros de Hiroshima

-¿Dónde, dónde están?

-¿Quiénes?

-¿Dónde, dónde están?

-¿Quiénes? ¿Quiénes?

-¿Dónde están?

-¿Quiénes? ¿Quiénes?

-Los hombres...

-No sé. Mira, copos de ceniza...

Han volado todos...

-¿Adónde, adónde?

-No sé. Construyamosel nido.

-¿Dónde,

dónde,

dónde,

dónde,

dónde?...


Bertolt Brecht

Hay hombres que luchan un día
y son buenos,
Hay quienes luchan un año
y son mejores,
Hay quienes luchan muchos años
y son muy buenos,
Pero hay los que luchan toda la vida:
esos son los imprescindibles"




Knut Odegard

Noruega

La canción de la tierra


La tierra canta su canción cargada de tristeza.
Cuando florece la acedera, esquilamos
a las ovejas blancas y negras. Vuelven otra vez
a las verdes laderas.
Entrando en tiempos difíciles la Tierra murmulla y gira
lentamente sobre si misma. Cuando empieza a crujir la escarcha, salimos
a las pendientes de niebla azul
recogiendo nuestros sueños cotidianos. Entrando en tiempos difíciles,

Pero algo permanece. Quién alguna vez se pierde entre
el barranco oscuro y roto, encuentra oscuridad y escarcha.
Contempla la luna afilar su hoz sobre la tierra.


Traducción: Teresa Zegarro. Knut Odegard nació 1945 en Molde, Noruega. Estudió teología y filosofía





Marta Cwielong

BsAs, Argentina

yo veo la niña en su pobreza

desmentida, translúcida

su ojo se detiene en mis dedos largos

que desmenuzan la tierra

cavan olvidos

recogen pedazos en la casa

herida la memoria los recuerdos vagan

ella ve el libro que va y viene

ve, mi hombro desnudo

el hueco que deja en la cama

el frío en la noche

hambre de mi infancia

yo miento lo que escribo

la niña en el andén

mi mirada

harta de vernos

dedibujadas





Susana Giraudo

Argentina

Paloma es la de Picasso

yo quería decirle stop stop

pero él hablaba de una paloma

adesso parli della colomba?

qué paloma? cual? le preguntaba

y el encendía mi sangre de ganas de ser otra

paloma paloma paloma yo

ya no seré paloma que vuela

no tendré alas para batir el aire las perdí

se fueron por el vortice de una tormenta

solo quietud en el nido

vacío el nido

paloma yo? no! paloma otra paloma

la que pintó Picasso

antes que sintiera

que le estaban dando en el corazón

y él me decía

bajé a la paloma de Picasso

Picasso eres tu –dije-

si no te diste cuenta

quién sino yo te lo diría?

Inocente

solo y solo

coloquio sin interlocutor

sonido sin oídos que te escuchen

desprevenido artista sin saber que eres pintor

de sueños de papel de seda

sueños de azúcar morena con aroma a canela

inadvertido desprovisto

caminas pensando que bajaste una paloma

la paloma de Picasso –dices-

sin saber que ella te apuntó

al centro del ser que no tiene

un lugar donde vivir sueños de papel

con aroma a canela

y te dejó temblar por la incertidumbre

de su no-amor solo

te dejó temblando en tus sueños

pobre de ti y de tus sueños

pobres sueños

bajé a la paloma – dices-

yo la paloma con final de paloma

te declaro inocente

y te nombro Picasso




Eduardo Dalter

Desocupado

(Salmo 2000)

Un desocupado, Dios, es una pieza única

que hace a tiempo completo su trabajo;

una pieza insustituible

a todo el engranaje;

una mudez; un grito; un balbuceo;

un canal nivelador

que espera aguas,

aparentemente más cerca de la sequedad

y el olvido

que de la administración planificada

de riquezas.

Un desocupado, Dios, con su desierto

y su niebla,

vital a este equilibrio de espejismo,

donde cada cosa empuja o devora

a cada cosa.

Se repite, se confunde, y se alza

ya como discurso

de escena, que el desocupado está

desocupado

de toda función o todo uso,

mientras la máquina infernal, abismal,

ahonda el pozo.


ah si, la vida da revancha, siempre que la busquen